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Historia de Sevilla

Historia de Carmona

LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LA ESPERANZA DE CARMONA A TRAVÉS DE UN INVENTARIO DE 1610

          Los archivos notariales constituyen una fuente inagotable de análisis para los historiadores. En el caso de la hermandad de La Esperanza, disponemos de numerosos instrumentos otorgados ante notario en la Edad Moderna. De ese material son excepcionalmente valiosos los inventarios de enseres, de los que hasta la fecha disponíamos de dos, uno de finales del siglo XVII y, otro, del último cuarto del XVIII. El primero fue protocolizado ante el escribano Diego García de la Cruz, el 17 de enero de 1694, y fue dado a conocer por mí en un número anterior de esta misma revista. El segundo, se escrituró el 6 de junio de 1785, y fue localizado y transcrito por María Dolores Rivas Roldán, conociendo la letra impresa en el Nº 7 de Ecce Homo (Carmona, 1999, pp. 38-50).
          Este año queremos presentar un nuevo aporte: se trata de un inventario, escriturado el 9 de noviembre de 1610, por la camarera de la Virgen de la Esperanza, Luisa de Ribera y su esposo Francisco de Armijo del Real. Pese a que, en teoría, sólo se debían enumerar las prendas textiles, lo cierto es que se incluyeron otros enseres, a saber: dos coronas de la Virgen, una de plata y otra de latón, una diadema de plata, y otras dos coronas del Niño Jesús, una de ellas de plata. A mi juicio, se trata de un verdadero inventario de la corporación y si no es más extenso es porque no había más imágenes ni nada más que reseñar. Creo que el documento tiene un gran interés para esta hermandad, por varios motivos:
          Primero, por la antigüedad del instrumento, fechado en el primer cuarto del siglo XVII, poco más de medio siglo después de la fundación, y cuando aún no se habían incorporado los hermanos del Dulce Nombre de María. Lógicamente, los datos que nos ofrece para el análisis son muchos y tanto más interesantes cuanto que estamos hablando de una época en la que apenas disponíamos de material documental.
          Segundo, porque se advierte la gran devoción que existía en Carmona hacia la advocación de la Esperanza, evidenciado claramente en el extenso ropero de que disponía: basquiñas, ropas de raso, mantos, sayas, camisas, etc.
          Tercero, porque demuestra que la corporación disponía ya de la imagen del Niño Jesús, al que se le rendía culto, como se aprecia por el buen número de prendas de vestir que usaba. Obviamente, no aparece el Ecce Homo, adquirido a mediados del siglo XVII, ni el San Juan, fechado en el último cuarto del XVII, ni por supuesto la pequeña imagen del Señor limosnero, adquirido ya en el siglo XVIII.
          Y cuarto, aparece un nombre importante en la historia de la hermandad: Luisa de Ribera, quien manifestó ser la depositaria de las ropas de la Virgen desde tiempo inmemorial. Como la mayoría de las mujeres de su época, no sabía escribir, firmando por ella un testigo. Su marido, Francisco de Armijo del Real, le acompañó al notario como era preceptivo en la época, pero todo parece indicar que la protagonista era ella y no él. De todas formas, tendría que hacer un seguimiento de este matrimonio en el archivo de Protocolos para ver quiénes eran exactamente y que vinculación les unía con la corporación. Sería interesante, localizar el testamento de la mujer para ver qué decía exactamente o qué legó a su devota Virgen de la esperanza. Son preguntas que dejo en el aire y que espero poder resolver algún día.
          De momento, ahí queda para los cofrades del siglo XXI, el nombre de una mujer importante en la historia de la hermandad, una devota que tuvo la responsabilidad de ser la camarera encargada del aseo personal de la imagen, allá por el primer cuarto del siglo XVII.

APÉNDICE I

          Obligación entre la cofradía de la Esperanza y Francisco de Armijo y su mujer Luisa de Ribera, Carmona, 9 de noviembre de 1610.

          En la villa de Carmona, en nueve días del mes de noviembre de mil y seiscientos y diez años, ante mí el escribano público y testigos yuso escritos parecieron presentes Francisco de Armijo del Real y  (doña tachado) Luisa de Ribera, su mujer, vecinos de esta villa en la collación de san Salvador de ella, a los cuales yo el escribano doy fe que conozco. Y la dicha Luisa de Ribera, estando en presencia y con licencia del dicho Francisco de Armijo del Real, su marido, que le pidió para otorgar y jurar esta escritura lo que en ella será contenido. Y el susodicho se la dio y concedió, según y para el efecto que por ella le ha sido pedida y demandada, y prometió y se obligó de la haber por firme en todo tiempo, so expresa obligación que para ello hizo de su persona y bienes. Y ambos a dos, los susodichos marido y mujer, usando de la dicha licencia y de mancomún y a voz de uno y cada uno de ellos, insolidum… los cuales debajo de la dicha mancomunidad dijeron que por cuanto en su poder han estado y están las ropas de vestir de Nuestra Señora de la Esperanza, sita en la iglesia de San Salvador de esta villa, la cofradía de ella, las cuales han estado y están de tiempo inmemorial al recaudo por su voluntad y devoción que tienen de vestir la dicha imagen y porque el prioste de la dicha cofradía ha dado ante el visitador que al presente está en esta villa una petición pidiendo que se las entregase y el dicho visitador mando que haciendo y otorgando los susodichos escritura de depósito en forma no se sacasen de su poder y ellos viendo que es cosa justa por la grande devoción que tienen de lo hacer. Por tanto, en la mejor vía y forma que ha lugar derecho debajo de la dicha mancomunidad otorgaron y conocieron que se constituyeron y constituían por depositarios reales y llanos de las dichas ropas y bienes que son los siguientes:
    Una basquiña de terciopelo carmesí, con dos franjas de oro y plata y ribetes de raso blanco, con vaquera, con mangas de page, con la misma guarnición.
    Otra basquiña de raso carmesí acuchillada, con dos fajas de terciopelo carmesí y seis ribetes del mismo terciopelo labrado.
    Una ropa de raso gualdado, aprensada con un pasamano de plata frisado.
    Media ropa de damasco blanco, guarnecida con terciopelo encarnado y gandujado.
    Un manto de tafetán azul, con un pasamano alrededor de oro.
    Una delantera de media tela amarilla, guarnecida con un pasamano y cadenilla de oro y plata.
    Otra delantera de tafetán rosado, guarnecida con terciopelo carmesí y unos flecos.
    Una ropilla de tafetán encarnado, guarnecida con dos ribetes de belfa colorada y blanca.
    Medio manto de damasco azul con una valenciana de terciopelo azul.
    Una saya de raso colorado, guarnecida con oro falso.
    Una saya de tafetán negro, guarnecida con lo propio.
    Una cobija de damasco carmesí, guarnecida con dos franjas de oro y plata aforrada en tafetán presado.
    Medio manto de burato negro.
    Unas mangas de tafetán colorado, guarnecidas con soguillas coloradas y blancas.
    Otras mangas de telilla blanca.
    Otras mangas de tafetán de primera vera, guarnecidas con unas soguillas de plata.
    Media camisa de Nuestra Señora.
    Una gorguera de volante con sus puntas y otra de ruan y otra de holanda.
    Seis tocas de milgrana de seda.
    Unos paños bordados y otros tres pares los dos de pardina y otro de espiguilla.
    Un velo de volante y otro viejo vareteado.
    Un frontal de brocado de la china, con sus flecos de plata y seda.
    Otro frontal de tafetán verde y colorado.
    Otro de esterlina azul con sus flecos de seda colorada y verde.
    Medio frontal de tafetán colorado, guarnecido con seda colorada y blanca.
    Otra media camisa de lienzo.
    Una corona de plata con su diadema.
    Una ropilla del Niño de tafetán carmesí, guarnecida con unas franjas de oro y plata.
    Un vaquero de tafetán de primavera, guarnecida con una soguilla de oro.
    Tres camisas, dos de holanda con sus puntas y otra de lienzo casero labrada.
    Otra ropilla de damasco blanco, guarnecida con terciopelo encarnado, gandujada.
    Un paño de tafetán carmesí, guarnecido de bolillos de oro.
    Un paño de cabeza de puntas de encima de la cobija y es de holanda.
    Una saya de telilla falsa con una imagen en medio y un reboso de holanda con sus puntas y encajes y otra pequeña de seda vareteada.
    Y una luna con un acerico y su almohada.
    Una corona de plata del Niño Jesús.
    Unos manteles de ruan que sirven en el altar, con sus puntas, y otros de lienzo caseros.
    Más unos calzones con sus medias y zapatos de terciopelo azul y otro del mimo terciopelo del Niño Jesús.
    Otra corona de plata de Nuestra Señora, de hoja de lata, y otra del Niño de lo mismo.
    Un arca blanca con su llave y cerradura, donde están los dichos vestidos y ropas de Nuestra Señora.
          Por tanto, en aquella vía y forma que de derecho haya lugar, otorgaron y conocieron que habían recibido y recibieron en depósito los dichos bienes y de ellos se dieron por contentos y entregados a su voluntad porque confesaron ser en su poder y porque el entrego de presente no pareció, renuncian las leyes que en razón de la entrega, prueba y paga de ellos hablan como en ellas se contienen. Y se obligaron que, luego y cada y cuando que por el dicho visitador o por el juez de la iglesia o por otro juez que de ello conozca, los darán y entregarán sin ningún plazo ni dilación alguna y darán buena cuenta de ellos a quien los dichos juez de la dicha santa iglesia o visitador mandaren, so las penas en que caen o incurren los depositarios que se alzan con los depósitos que les son encargados. Y se obligaron a los dar y entregar a la persona o personas que hubieren de vestir la dicha imagen de Nuestra Señora de la Esperanza y de ir a sus fiestas a la vestir y adornar su altar y en días solemnes, de manera que no tenga falta, lo cual todo lo susodicho se obligaron de cumplir por devoción que tienen con la dicha imagen de Nuestra Señora de la esperanza, cuya cofradía sita en la iglesia de San Salvador como dicho es obligaron sus personas y bienes habidos y por haber y dieron poder cumplido a las justicias y jueces de su Majestad para que nos apremien al cumplimiento de lo que dicho es como por sentencia pasada en cosa juzgada, sin remedio de apelación, cerca de lo cual renunciaron todo derecho y leyes en su favor y la general renunciación de leyes…
          En testimonio de lo cual lo otorgaron, y los dichos otorgantes, el dicho Francisco de Armijo lo firmó y por la dicha Luisa de Ribera un testigo porque dijo no saber escribir, siendo testigos Álvaro Méndez y Juan Rodríguez, tabernero, y Francisco Méndez, vecinos de Carmona. Ante mí, Alonso de Barrionuevo.
(APC, Alonso de Barrionuevo 1610, fols. 350v-353r).

ESTEBAN MIRA CABALLOS

(Publicado en el Boletín Ecce Homo de la hermandad de la Esperanza de Carmona, Nº 21, Cuaresma de 2013, págs. 41-43)

LAS COFRADÍAS DE CARMONA Y GUADAJOZ A TRAVÉS DEL SITUADO DE 1717

          Por un trabajo sobre la hermandad de la Soledad de Alcalá del Río, conocí la existencia de un legajo titulado: Valores de las vicarías de Sevilla, Alcalá, Carmona, Utrera y Écija1. En él se hace una especie de catastro de la riqueza de las instituciones vinculadas a la iglesia, parroquias (capellanías, beneficios, etc.), hospitales, obras pías y hermandades, especialmente las ubicadas en las parroquias pero también las de los conventos y ocasionalmente las ermitas. Y ello con vistas a cuantificar el pago del subsidio y el excusado, un impuesto que se cobraba desde finales del siglo XV para financiar la lucha contra los infieles2.

           El valor de los datos ofrecidos en este catastro ha sido usado ya por otros investigadores para el estudio de las cofradías en la diócesis hispalense3. Sin embargo, no se puede perder de vista que es un documento económico y, por tanto, es seguro que hubo ocultaciones de patrimonio y de hermandades para evitar la contribución. Por tanto, por un lado faltan hermandades que sabíamos existían y, por el otro, el patrimonio de éstas está contabilizado a la baja. De todas formas hay datos de interés, sobre todo relacionados con los ingresos de las hermandades y el origen de estos ingresos.

           Para empezar hay que decir que no se relacionan todas las cofradías de Carmona, pues encontramos muchas omisiones. Probablemente se trataba de hermandades muy humildes que se mantenían de limosnas y que, por tanto, no interesaban desde un punto de vista económico. Las omisiones más llamativas son las cofradías de la Expiración de la iglesia de San Blas y la de la Humildad y Paciencia de la iglesia de San Pedro.

 

CUADRO I

COFRADÍAS INCLUIDAS EN EL

INFORME DEL SITUADO DE 1717

 

COFRADÍA

SEDE CANÓNICA

La Universidad de Beneficiados

Santa María

Santa Bárbara

Santa María

Santísimo Sacramento

Santa María

Benditas Ánimas del Purgatorio

Santa María

Santísimo Sacramento

Santiago

Benditas Ánimas

Santiago

Nuestra Señora de Belén

Santiago

Santísimo Cristo de la Columna

Santiago

Santísimo Sacramento

San Felipe

Benditas Ánimas

San Felipe

Cofradía de la Esperanza

El Salvador

Santísimo Sacramento

San Bartolomé

Benditas Ánimas

San Bartolomé

Jesús Nazareno

San Bartolomé

Santísimo Sacramento

San Blas

Benditas Ánimas

San Blas

Santísimo Sacramento

San Pedro

Benditas Ánimas

San Pedro

Santísimo Cristo de la Amargura y Nuestra Señora de los Milagros

Convento de San Francisco

Nuestra Señora de las Angustias

Convento de San Francisco

Santísimo Sacramento

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia de Guadajoz

Benditas Ánimas

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia de Guadajoz

Santa Veracruz

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia de Guadajoz

Nuestra Señora del Rosario

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia de Guadajoz

 

 

           Un total de 24 cofradías, de las que más de la mitad, es decir, 14, eran sacramentales o de ánimas, controladas por el clero de cada parroquia. Incluyendo en ellas, la de Santa Bárbara y la de la Universidad de Beneficiados, vinculadas al clero local, tenemos que sólo ocho cofradías eran realmente institutos privados, vigilados de cerca por la clerecía pero no controlados directamente por ellos. Por lo demás 20 de ellas se ubicaban en Carmona y cuatro en la aldea de Guadajoz.

           A continuación ordenaremos las cofradías por el volumen anual de ingresos. Los datos ofrecidos en el documento, fruto de la media de un quinquenio, son sólo aproximativos, porque dependían de la información que había proporcionado la propia hermandad que no siempre era exacta. Y es que había grandes motivos para declarar cantidades a la baja, para reducir el impacto del impuesto del situado. No obstante, es una muestra interesante para conocer aproximadamente el potencial económico de las corporaciones locales.

 

CUADRO II

LAS COFRADÍAS SEGÚN SUS INGRESOS

 

COFRADÍA

INGRESOS

(en maravedís)

Universidad de Beneficiados

823.854

Ánimas de la iglesia de San Pedro

162.928

Santísimo de la iglesia de San Pedro

102.544

Santísimo Cristo de la Amargura (Convento de San Francisco)

85.000

Jesús Nazareno (iglesia de San Bartolomé)

81.600

Santísimo de Santa María

74.800

Ánimas de la iglesia de San Blas

63.240

Ánimas de la iglesia de Santa María

51.000

Ánimas de la iglesia de San Bartolomé

48.620

Nuestra Señora de las Angustias (Convento de San Francisco)

40.800

Santísimo de la iglesia de San Blas

40.800

Santa Bárbara (iglesia de Santa María)

40.545

Santísimo de la iglesia de San Bartolomé

20.400

La Esperanza (Iglesia de El Salvador)

18.700

Santísimo Cristo de la Columna

17.000

Ánimas de la iglesia de San Felipe

17.000

Santísimo de la iglesia de San Felipe

13.600

Ánimas de la iglesia de Santiago

10.200

Santísimo de la iglesia de Santiago

10.200

Santísimo de la iglesia de Guadajoz

8.160

Nuestra Señora del Rosario de Guadajoz

6.120

Nuestra Señora de Belén (Iglesia de Santiago)

5.100

Ánimas de la iglesia de Guadajoz

4.080

Santa Veracruz de Guadajoz

2.380

TOTAL

1.742.671

 

 

Como puede observarse en este cuadro, las cofradías carmonenses movían, a principios del siglo XVIII, algo más de 1,7 millones de maravedís anuales. Y seguramente la cifra está estimada a la baja, primero porque a los propios hermanos les interesaba declarar los menos ingresos posibles, y segundo porque faltan al menos una decena de hermandades, la mayoría de ellas muy pobres pero otras no tanto. No es descabellado pensar que la cifra real de ingresos debía estar en los dos millones de maravedís anuales. Para hacernos una idea aproximada, hemos realizado unos cálculos aproximados, pasándolos a pesetas y de ahí a euros y venía a ser algo más de un millón de euros actuales. Una cifra considerable, teniendo en cuenta que estamos hablando de una época en la que se movía menos dinero que en la actualidad.

Bien es cierto que casi la mitad lo ostentaba la Universidad de Beneficiados de la ciudad de Carmona, con sede en la Prioral de Santa María. La cifra es elevada teniendo en cuenta que en 1771 se calculaban los ingresos anuales de todas las cofradías de la archidiócesis de Sevilla en 36.359.872 maravedís4. Eso equivaldría a decir que las cofradías carmonenses gestionaban el 4,8 % del ingreso total de las 1.094 cofradías de la diócesis. La media de ingresos de las cofradías sevillanas era de 33.236 por lo que estaban por encima de la media las doce primeras cofradías que aparecen en el listado. Entre ellas destacaban por sus ingresos, excluyendo a la Universidad, la Sacramental y de Ánimas de la iglesia de San Pedro, y dos penitenciales: la del Santísimo Cristo de la Amargura del convento de San Francisco y la de Jesús Nazareno de la iglesia de San Bartolomé. De las cofradías de sangre, existentes en la actualidad, la de Jesús Nazareno era la más rica, disfrutando de un nivel de rentas bastante elevado.

           A continuación desglosaremos el origen de los ingresos, en aquellos casos en los que se especifican.

 

CUADRO III

ORIGEN DE LOS INGRESOS

DE LAS HERMANDADES

 

HERMANDAD

TRIBUTOS

Y RENTAS

LIMOSNAS

TOTAL

Universidad de Beneficiados

823.715

--

823.715

Santa Bárbara

51.000

--

51.000

Santísimo de la iglesia de Santa María

74.800

--

74.800

Santísimo de la iglesia de Santiago

2.652

7.548

10.200

Nuestra Señora de Belén

--

5.100

5.100

Santo Cristo de la Columna

--

17.000

17.000

Santísimo de San Felipe

--

13.600

13.600

Ánimas de San Felipe

--

17.000

17.000

Santísimo de San Bartolomé

--

20.400

20.400

Santísimo de San Pedro

112.608

--

112.608

Ánimas de San Pedro

75.568

86.360

161.928

Santísimo Cristo de la Amargura

--

85.000

85.000

Nuestra Señora de las Angustias

--

40.800

40.800

Santísimo de Guadajoz

10.880

--

10.880

Ánimas de Guadajoz

--

4.080

4.080

Santa Veracruz de Guadajoz

--

2.038

2.038

Nuestra Señora del Rosario de Guadajoz

8.160

--

8.160

TOTALES

1.159.383

298.926

1.458.309

 

 

           El total de las rentas se elevan hasta el 79,49% de los ingresos, mientras que las limosnas se limitan al 20,50%. La cifra es sorprendente porque, en general, sabemos que había muchas cofradías que sólo disponían de limosnas y que las cofradías con rentas eran relativamente pocas5. Y ello, en mi opinión, porque la potente Universidad de Beneficiados es una excepción que distorsiona bastante los datos. Haciendo los cálculos, sin esta institución, que además era una cofradía muy particular, las cifras parecen más coherentes: 52,89% de rentas frente a un 47,10% de limosnas.

           Los ingresos de las cofradías eran extremadamente variados. Las rentas procedían de propiedades rústicas y urbanas así como de tributos. Estas limosnas tenían un origen muy variado; una de las partidas más importantes eran las cuotas que abonaban los hermanos en el momento de darse de alta como miembro de la corporación. La cantidad variaba mucho dependiendo de la hermandad. También eran muy valiosos los ingresos obtenidos por el acompañamiento de los hermanos en los entierros, a donde acudían portando su estandarte. Sencillamente por su presencia en estos actos podían obtener entre dos y treinta reales, dependiendo del poder económico del finado. Y la tercera partida se obtenía haciendo petitorios públicos. Para ello se utilizaban los días de fiesta, especialmente cuando la cofradía en cuestión hacía alguna función específica. Además, se esperaba a la recogida de la cosecha para solicitar de los vecinos su piadosa contribución. Lo cierto es que aquellas hermandades que no tenían rentas se empleaban más a fondo en recaudar limosnas, mientras que las que tenían importantes rentas, descuidaban más el apartado de las limosnas. De hecho, algunas de las hermandades que declaran cuantiosas rentas, no señalan ningún tipo de ingresos en concepto de limosna. Y aunque el dato sea difícil de creer, porque todas debían tener algún tipo de ingresos por este concepto, sí que demuestra que la solvencia que le daban las rentas les permitía descuidar más el apartado de las limosnas.

           En general, se aprecia un grupo de hermandades bastante ricas, con rentas que le proporcionaban unos ingresos muy por encima de la media del arzobispado y una base amplísima de corporaciones con muy bajos ingresos, obtenidos la mayoría de ellos a través de petitorios públicos. En esta situación estaban muchas de las cofradías que aparecen reflejadas en el expediente del situado y otras muchas que se omiten, precisamente por la insignificancia de sus ingresos y por el escaso interés de cara al cobro del citado impuesto.

 

APÉNDICE I

 

Extracto del situado en Carmona y Guadajoz, 1717.

 IGLESIA DE SANTA MARÍA:

-Santa Bárbara que es del clero, tiene de renta en tributos, según cuenta hasta fin de 1715 a Andrés Meléndez, su mayordomo, 51.000 maravedís de que se bajan 10.455 por razón de décimas y memorias y quedan 40.545 maravedís conforme a cuentas que se tomaron por los diputados ante Nicolás de Ortega Morillo, secretario de la hermandad.

-Santísimo, en rentas tributos y posesiones 2.200 reales en cada año que valen 74.800.

-Ánimas unos años con otros por quinquenio 1.500 reales que valen 51.000

 

IGLESIA DE SANTIAGO:

-Santísimo Sacramento por quinquenios en cinco tributos, 78 reales y en limosnas hasta 300 en cada un año que valen 10.200

-Nuestra Señora de Belén no tiene renta sino que lo que junta la devoción para la fiesta de la imagen que unos años con otros es de 150 reales, valen 5.100 (maravedís se entiende).

-Cofradía del Santísimo Cristo de la Columna, solo limosnas que juntan y que llega a 500 reales unos años con otros, que valen 17.000

-Ánimas que se distribuyen en misas cantadas los lunes y se juntan 300 reales por quinquenios que valen 10.200.

 

IGLESIA DE SAN FELIPE:

-Santísimo: sólo, limosnas que se junta por quinquenios 400 reales que valen 13.600

-Ánimas no renta, solo limosnas por quinquenios 500 reales que se distribuyen en la misa o los lunes, valor 17.000.

 

IGLESIA DE SAN SALVADOR6

-Cofradía de la Esperanza, del gremio de cardadores, por cuya devoción se dicen dos misas todas las semanas y se hace fiesta todos los años en que gastan unos con otros más de 50 ducados, valor 18.700.

 

IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ

-La de Jesús Nazareno, sita en esta iglesia, tiene por tributos olivares y una casa y limosnas, se junta un año con otro 2.400 reales y que se distribuyen en alhajas para la capilla y procesión del Viernes Santo y misa por los hermanos. Valor 81.600.

-Ánimas en renta y limosnas, un año con otro 1.430 reales lo que se gasta en sufragios por las ánimas benditas. Valor 48.620.

-Santísimo, solo limosnas que dan los devotos de la collación y en cada año de este quinquenio 600 reales, que valen 20.400

 

IGLESIA DE SAN BLAS

-Santísimo, se juntan un año con otro en rentas y limosnas 1.200 reales por quinquenio. Valor 40.800.

Ánimas: en rentas y limosnas cada año unos con otros 1.860 reales por quinquenio que valen 63.240 maravedís.

 

IGLESIA DE SAN PEDRO

-Santísimo: cuentas de Miguel Nieto, mayordomo, en tributos, casas y olivares 3.312 reales al año, bajada la cuarta parte de las rentas de la casa para reparos a que se junta 554 reales que importan la limosna y ambas partidas componen 3.866 reales que se baja 850 que se pagan a los beneficiados de esta iglesia y a los demás por diferentes memorias. Quedan 3.016 reales de renta al año que valen 102.544.

-Ánimas: dispone de 4.792 reales, los 2.252 en tributos y posesiones, lo demás en limosnas en cuya renta se incluyen la de las memorias y quedan y valen 162.928.

 

LA UNIVERSIDAD

Desde 1-I-1711 a fin de 1715:

-de renta: cortijos 3.379.566 maravedís corresponden a cada año 675.913 maravedís.

-Tributos: 23.555 maravedís en dichos 5 años toca cada año 4.711.

-Casas 412.369 maravedís que se bajan 103.092 maravedís de reparos y quedan 309.277 maravedís y corresponde a cada año 61.855

-Tributos redimibles 406179 maravedís en cada año 81.236.

-En gallinas en 5 años 697 maravedís que al año son 139.

-Tierras que se arriendan de pan 1.849 fanegas y dos cuartos de trigo, colígese a cada uno de dichos cinco años 569 fanegas y 9 almudes y tres cuartos.

-Cebada: 350 fanegas, 9 almudes y dos cuartos, corresponden al año 70 fanegas y un almud.

-Habas han rentado la tierra 62 fanegas y 4 almudes y dos cuartos corresponden a cada año 12 fanegas, 5 almudes y 3 cuartos.

-Garbanzos han rentado 29 fanegas, 4 almudes, tocan cada año 5 fanegas, 10 almudes y 2 cuartos.

-Yeros (sic) han rentado dicha tierra 94 fanegas 0 almudes, tocan al año 18 fanegas, 11 almudes y dos cuartos.

Por manera que importa la renta de la universidad al año 823.715 maravedís y 139 gallinas, 569 fanegas y 9 almudes y 3 cuartos de trigo, 60 fanegas y un almud y 3 cuartos de cebada; 12 fanegas 5 almudes y 3 cuartos de garbanzos y 18 fanegas 11 almudes y 2 cuartos de yeros según que se ha referido.

 

COFRADÍAS DE LA IGLESIA CONVENTUAL DE SAN FRANCISCO

-Santísimo Cristo de la Amargura y Nuestra Señora de los Milagros, que son hermanos del gremio de los pastores. El caudal en limosnas de trigo y maravedís 2.500 reales que valen 85.000

-Nuestra Señora de las Angustias, caudal de limosnas de trigo y maravedís por quinquenio cada año 1.200 reales que valen 40.800.

 

COFRADÍAS DE LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA DE GUADAJOZ

-Santísimo, mayordomo Pedro de la Villa, tiene de renta en tres casas regulado por quinquenio 320 reales de que sacados 80 de reparos quedan líquidos 240 reales que valen 8.160.

-Ánimas, mayordomo Juan Vázquez, no tiene rentas, se compone de limosnas que por quinquenios importan 120 reales que se distribuyen en misas los lunes.

-Cofradía de la Santa Veracruz, mayordomo Gerónimo Peña, no tiene rentas que se compone de limosnas por quinquenio 70 reales que se gastan en la procesión de semana Santa.

-Laa cofradía de Nuestra Señora del Rosario, mayordomo Francisco de Barrios, tiene de renta en dos casas reguladas por un quinquenio 240 reales que bajado la cuarta parte para reparos queda para las obligaciones de esta cofradía 180 reales que valen 6.120.

En la villa de Guadajoz, 26 de mayo de 1717. Francisco Bernardino Díez

1 GARRIDO VELÁZQUEZ, María Soledad: “Las tres gracias”, en La Espadaña, Hoja informativa de la hermandad de la Soledad, Nº 38. Alcalá del Río, diciembre de 2011, pp. 10-19. El documento en cuestión se conserva en el Archivo de la Catedral de Sevilla, Sección Mesa Capitular, sig. 1168-08828.

2 Hubo una primera bula en 1486 en que el dinero del excusado se uso para la guerra de Granada. Fue renovado por Pío V en una bula dirigida a Felipe II y finalmente en 1757 por Benedicto XIV –bula Exponi Nobis Super por la que se mantenía la contribución de las tres gracias –cruzada, subsidio y excusado- a la Corona. En la bula de 1757 se fijó esta contribución en el a la Hacienda Real en el 16 % de los ingresos totales. BALLESTEROS DÍEZ, José Antonio: Diccionario de términos para el estudio de la historia moderna de España. (inédito), fol. 48. También existía el situado de Indias, que no tenía nada que ver con el situado eclesiástico. El situado de Indias eran unas partidas de dinero procedentes de la hacienda indiana que se destinaba en su mayor parte a sufragar la defensa, desde las construcciones militares a los salarios de los militares de las principales guarniciones. Era dinero de menos que recibía la Corona pero tenía la ventaja de que evitaba la salida de capital de la Península, favoreciendo la autofinanciación de las colonias. MIRA CABALLOS, Esteban: “Defensa terrestre de los reinos de Indias”, en Historia Militar de España (Dirigida por Hugo O´Donnell). T. III. Madrid, 2012, p. 153.

3 Por ejemplo, HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador: “Hermandades y cofradías en Constantina a comienzos del siglo XVIII, a través de una relación de 1717”, Cit. en GARRIDO: Ob. Cit., p. 17.

4 MIRA CABALLOS, Esteban: “Hermandades y cofradías en la Archidiócesis sevillana a través del censo de 1771”, Archivo Hispalense Nº 250, Sevilla, 1999, p. 62.

5 En el caso de las cofradías del partido de Badajoz en 1771, el 64,09% de sus ingresos eran limosnas, frente al 35,91 que eran rentas. MIRA CABALLOS, Esteban: Hermandades y cofradías en Badajoz y su Partido a finales de la Edad Moderna. Badajoz, Junta de Extremadura, 2002, pp. 60-61.

6 En el documento, por error, la cofradía de la Esperanza aparecía ubicada en la iglesia de San Felipe. Nos hemos permitido corregir el error.

ESTEBAN MIRA CABALLOS

 (Artículo publicado en el Boletín del Consejo de Hermandades y cofradías de Carmona. Carmona, 2013, pp. 31-38).