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Historia de Sevilla

HERMANDADES DE ÁNIMAS EN LA CARMONA MODERNA

HERMANDADES DE ÁNIMAS EN LA CARMONA MODERNA

1.-INTRODUCCIÓN

El miedo a la muerte ha sido una de las grandes constantes de la Historia. Sin embargo, la respuesta que hemos dado ante ella ha sido muy diferente dependiendo de la época y de la condición social. Los epicúreos lo aceptaban con naturalidad, no temían a la muerte, pues pensaban, según Critchley, que lo que es bueno es fácil de obtener y lo que es terrible es fácil de aguantar. Pero lo cierto es que en el pasado se afrontaba la muerte con más naturalidad que en la actualidad, siempre y cuando el finado dispusiese de tiempo para disponer su alma. Además, se suponía que mostrar miedo, ira o rabia ante la muerte era algo propia de personas de baja extracción social. De hecho, durante casi dos mil años, se suponía que lo mismo patricios que nobles debían mostrar valor incluso, en el último trance de la vida. Era lo que se ha llamado hasta el siglo pasado, el bien morir, es decir una muerte digna y con honor.

          La muerte para muchos desheredados podía tener su parte buena porque era la única forma de justicia social que existía, pues terminaba por igualarlos finalmente a todos. Por ello, siguen siendo un consuelo para las personas que clamamos por la justicia social los versos que Jorge Manrique dedicó a la muerte de su padre y que, cinco siglos después de ser escritos, siguen teniendo plena vigencia:

Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/ que es el morir;/ allí van los señoríos/ derechos a se acabar/ y consumir;/ allí los caudales,/ allí los otros medianos/ y más chicos;/ y llegados, son iguales/ los que viven por sus manos/ y los ricos.

 

Bien es cierto, que la clase pudiente se empeñaba en prolongar la desigualdad más allá de la muerte. Las pompas fúnebres y las misas a perpetuidad intentaban que los ricos tuviesen un mejor lugar en la otra vida frente a los pobres desheredados que no disponían de recursos para pagarse una mísera misa por la redención de su alma. La muerte no igualaba porque era el último acto social del finado. Un enterramiento acorde a su rango social, con acompañamiento de frailes, clérigos, capellanes y hermandades, con blandones y con memorias perpetuas de misas. Hasta en la muerte había obligación de hacer una ostentación social acorde con el rango de cada cual. De hecho, en el folclore de la villa de los Pedroches (Córdoba) el pueblo cantaba en los entierros la siguiente estrofa:

Cuando se muere algún pobre,/ ¡qué solito va el entierro!/ y cuando se muere un rico/ va la música y el clero1.

 

Hasta el cielo podía ser diferente, dependiendo de la condición social del finado, como reza el epitafio de la familia Monroy que aparece en la Catedral V. En la Catedral Vieja de Salamanca:

Aquí yacen los señores Gutiérrez de Monroy y doña Constanza de Anaya, su mujer, a los cuales dé Dios tanta parte del cielo como por sus personas y linajes merecían de la tierra2.

 

        Por eso las misas, las fundaciones de capellanías y obras pías se hicieron frecuentes para garantizar la salvación de las almas. Desde que el Concilio de Trento consagró la existencia del Purgatorio, nadie que tuviese posibilidades económicas se olvidaba de disponer sufragios por su alma, para abreviar lo más posible su paso temporal por el purgatorio. También existía la posibilidad de afiliarse a alguna hermandad de ánimas, que por una pequeña cuota anual, podía garantizarse dichos sufragios.

 

2.-COMUNICACION ENTRE VIVOS Y MUERTOS

          Aunque se conocen algunas hermandades de ánimas fundadas en el siglo XIV, como la de Pedroñera y Carboneras, ambas en la provincia de Cuenca3, su impulso llegó tras el concilio de Trento, cuando se fundamentó la existencia del Purgatorio4. La mayor parte de las cofradías de Ánimas se fundaron en la segunda mitad del siglo XVI y a lo largo del XVII. Y es que desde el Concilio de Trento se reforzó la idea de la intercesión de los vivos sobre las almas de los difuntos. Los protestantes habían negado la existencia del Purgatorio, al estimar que el destino de las ánimas no dependía de los hombres sino exclusivamente de Dios.

En contraposición, en Trento se reafirmó la existencia del purgatorio y la necesidad que había de que los vivos rezasen por los muertos para facilitar su salida del purgatorio y su ingreso en el cielo. El purgatorio católico se representaba exactamente como el infierno y allí iban las almas a purificarse antes de pasar al cielo. La única diferencia real con el infierno era el alivio que suponía que fuese solo un período transitorio5. Se ratificó la existencia del purgatorio y la necesidad que había de que se rezara por las ánimas de los difuntos para una más rápida salida hacia el cielo. Es decir, los vivos nada podían hacer por los muertos. En contraposición, en Trento se reafirmó la existencia del purgatorio y la necesidad que había de que los vivos rezasen por los muertos para facilitar su salida del purgatorio y su ingreso en el cielo.Por ello, las cofradías de Ánimas tenían un doble objetivo: Uno, asistencial pues trataban de asistir a sus hermanos en el trance de la enfermedad y la muerte. Y otro, caritativo, pues mediaban por las almas de los difuntos, acelerando su tránsito desde el Purgatorio al Cielo. Como ha escrito Carlos Romero Mensaque, las almas eran sometidas a tales penitencias que parecían estaban más en la antesala del infierno que del cielo6.

Rara fue la parroquia que no contó desde finales del siglo XVI o principios del XVII de una hermandad de ánimas. La ciudad de Sevilla poseía hermandades de ánimas en todas las parroquias desde el siglo XVI, la mayoría de ellas con aprobación del obispado7. Y lo mismo podemos decir de Carmona, donde existieron cofradías en todas las parroquias, e incluso, en el convento de Santa Clara.

 

3.-HERMANDADES DE ÁNIMAS EN CARMONA

          En Carmona, las cofradías de ánimas fueron muy precoces, pues prácticamente todas las parroquias dispusieron de ellas desde el siglo XVI. Se conocen siete hermandades de Ánimas, tantas como parroquias había en la localidad. Casi todas fundadas en el siglo XVI. Pero debemos advertir que, con anterioridad a su constitución con hermandad, encontramos donaciones en los testamentos a la cera de las ánimas, evidenciando que la devoción precedió a la aparición legal de dichas corporaciones. A continuación mostramos un cuadro con las hermandades de Ánimas de Carmona, ordenadas por sus ingresos anuales.

Cuadro I

Las cofradías de Ánimas de

Carmona en el siglo XVIII8

 

COFRADÍA

INGRESOS

(año 1717)

PRIOSTE

(año 1798

Ánimas de la iglesia de San Pedro

162.928

José Montero

Ánimas de la iglesia de San Blas

63.240

Juan Caro Losilla

Ánimas de la iglesia de Santa María

51.000

Jerónimo Acuña

Ánimas de la iglesia de San Bartolomé

48.620

Ramón Benítez

Ánimas de la iglesia de San Felipe

17.000

Pedro Ruiz

Ánimas de la iglesia de Guadajoz

4.080

¿?

Ánimas de la iglesia de Santiago

¿?

Juan María Rodríguez

Ánimas de la iglesia de El Salvador

¿?

Juan José Mejías

Ánimas del convento de Santa Clara

¿?

La abadesa

TOTAL

346.868

 

 

 

Ya comentamos en otro número de esta misma publicación que, aunque hoy están casi todas extinguidas o fusionadas con otras, como la de San Pedro fusionada con la Humildad a mediados del siglo pasado, antaño fueron corporaciones bastante populosas y algunas hasta poderosas social y económicamente. En Carmona había hermandades Sacramentales y de Ánimas en las siete parroquias de Carmona y en la de Guadajoz, más dos Sacramentales en los conventos de Madre de Dios y Santa Clara, y una de ánimas en este último cenobio. En total 19 cofradías de un total de 38, es decir, justo el 50 por ciento del total de corporaciones. Se trata de una proporción muy elevada, y bastante superior al 16,31 por ciento que suponían en el partido de Badajoz y al poco menos del 20 por ciento que representaban, por esas mismas fechas, en la provincia de Córdoba9.

          Los titulares de estas hermandades era con frecuencia un lienzo en el que se representaban una muchedumbre de personas purgando sus penas en el purgatorio. A veces, como el retablo de la hermandad de Ánimas de San Pedro, se optaban por colocar en la tabla principal un Juicio Final con ángeles trompeteros, y a un lado las ánimas destinadas a salvarse y al otro el infierno, con las almas de los pecadores10. A veces optaron por adoptar como titular a intercesores como la Virgen del Carmen, el arcángel San Miguel, portando una balanza donde pesaba las acciones buenas y malas, algún santo, o incluso, un crucificado.

Solían ser cofradías abiertas aunque encontramos algunas que eran cerradas a alguna comunidad, de monjas, frailes o clérigos. Conocemos varias de ellas, como la hermandad de Ánimas del convento de Santa Clara de Carmona, la de clérigos de San Joaquín de la iglesia de Santa Ana de Sevilla o la de la Conmiseración de las Ánimas Benditas, fundada en el convento de Santa María de Gracia de Sevilla, e integrada, curiosamente, por monjas y frailes dominicos de Sevilla11. Salvo algunas corporaciones de monjas, el resto de las hermandades estaban formadas por varones, aunque evidentemente el seguro también se ampliaba a la esposa y a los hijos del hermano. Y en algunos casos, era tal el volumen de féminas que se planteó la erección de otra hermandad anexa, formada por mujeres que gestionase los sufragios y entierros de las mujeres. Así en un cabildo de la hermandad de Ánimas de la iglesia de San Pedro de Carmona, del 19 de mayo de 1782, se planteó crear otra hermandad de mujeres, regida por féminas pero sufragada de los ingresos de su matriz masculina12.

A continuación trazaremos una breve reseña de las más importantes hermandades de Ánimas de Carmona. Probablemente la más antigua, o al menos la que antes aprobó sus estatutos fue la de Santa María. De hecho, nos consta la aprobación de sus primeras reglas ante el ordinario eclesiástico en 156513.

También la de San Pedro debía ser muy antigua, pues en la ermita de Nuestra Señora de la Antigua que había donde después se ubicó la parroquial de San Pedro, ya había una hermandad dedicada a las Ánimas del Purgatorio Sin embargo, sus primeras ordenanzas no fueron aprobadas por el ordinario hasta 1567, aprobando nuevas reglas ante el Consejo de Castilla a principios del siglo XIX14. Disfruto de abundantes rentas, procedentes de propiedades urbanas que arrendaba, así como de distintos censos y tributos15. Tantas eran sus rentas que en 1717, excluyendo a la Universidad de Beneficiados, fue la corporación que más contribuyó en el impuesto del situado.

          La hermandad de San Blas se fundó en el siglo XVI, en fecha que desconocemos. El dato más antiguo de que disponemos de ella es de 1592, cuando se aludía a un tributo que poseía16. Conocemos los nombres de algunos de sus priostes de finales del siglo XVII, como Francisco de la Barrera Montes de Oca (1684), Teodomiro Ignacio Pacheco (1685) y Pedro Bernal, sacristán Mayor de San Blas (1686)17. En 1717 de una cierta capacidad económica, pues tenía unos ingresos superiores a los 63.000. Se conservan libros de cuentas de esta hermandad entre 1794 y 1850 a través de los cuales sería posible hacer un seguimiento más particularizado de sus ingresos y de su capacidad económica.

La de San Bartolomé debió ser fundada también en la segunda mitad del siglo XVI aunque, aunque de momento no disponemos de datos. Se conserva bastante documentación sobre esta corporación en el archivo parroquial aunque el más antiguo es un cuadrante de misas de difuntos que celebraba desde 1628. Dispone asimismo de libros de asientos de hermanos entre 1691 y 1769 y de libros de cuentas entre 1757 y 1841, además de otras escrituras patrimoniales18. En 1717 sabemos, por el impuesto del situado, que disfrutaba de unas rentas de 48.000 maravedís anuales. Disfrutaba desde finales del siglo XVII de una casa en la calle del Horno Palomino, collación de San Bartolomé que arrendaba y de otra casa en la Barbacana, que a mediados del siglo XVIII estaba arruinada por la que la cedió a un tal Francisco Duarte para que la reparara y, a cambio, pagase un tributo perpetuo a la citada hermandad19.

          El resto, es decir, las de San Felipe, El Salvador, Santiago y Guadajoz disponían de rentas mucho más modestas, aunque cumplían mínimamente con su cometido de celebrar sufragios por sus hermanos finados. La de San Felipe sabemos de su existencia en la temprana fecha de 1571 cuando Juan Barba le dejó en su testamento una pequeña limosna de dos reales20. En el archivo de San Bartolomé se conservan algunos documentos sueltos de los siglos XVII y XVIII y también encontramos algunos cabildos en el Archivo de Protocolos. Por uno de esos documentos sabemos que hasta el 30 de noviembre de 1679 había sido prioste Manuel López de Meneses, y en ese día eligieron por nuevo prioste a Diego Rodríguez21. En 1755 disponían de media casa en el Berrocal que la hermandad había recibido por medio de una capellanía y que arrendaba por 20 ducados anuales, pagados en tercios22.

De la hermandad de El Salvador tenemos tan solo algunas referencias que aparecen en las cartas que formalizaron en el Archivo de Protocolos. Conocemos algunos de sus priostes, como Francisco Canelo que salió en 1675 mientras que, en 1757 desempeñaba el puesto nada menos que el maestro tallista Miguel de Gálvez, autor entre otras obras del retablo mayor de la iglesia de las Agustinas Descalzas y, finalmente en 1798, era su prioste Juan José Mejías. El 2 de agosto de 1685 Juana de la Cruz, vecina de la collación de El Salvador, en la calle Sancho Ibáñez declaró ser hermana de dicho instituto, así como de la Sacramental de su parroquia. Disponían de algunas casas en propiedad, una en la calle Sancho Ibáñez que en 1769 alquilaban por 30 ducados anuales y en 1790 por 2823 y otra en la calle Real, que en 1757 se arrendó por un precio de 36 ducados24.

          De la de Santiago también tenemos algunas noticias muy fragmentarias. En 1772, 1782 y 1787 figuraba como su prioste, Ignacio de Araos y Cabrera, presbítero de la iglesia de Santiago, por lo que es posible que estuviese al frente de la misma durante más de tres lustros, aunque la elección se hacía anualmente. Finalmente en ese año de 1787 desistió de su cargo por sus muchas ocupaciones y se eligió en su lugar a Mateo del Pino25. Poseía algunas rentas, entre ellas un censo a su favor de 440 reales de principal que rentaban 22 reales anuales, formalizado el 17 de abril de 1636 sobre las casas de morada de Bárbola Castellanos, viuda de Bartolomé Romero26. Y ya en el siglo XVIII, Alonso Espinosa, en su testamento fechado el 17 de septiembre de 1768 dejó su casa en la calle de Calatrava, collación de Santiago, a sus sobrinas en usufructo mientras vivieran y luego pasaran a propiedad de la hermandad27.

La de Santa Clara aprobó sus reglas en 1633 bajo los auspicios y de la abadesa y primera prioste sor María de Mendoza Tamariz28. El objetivo de la misma era ofrecer cera en el entierro de las hermanas, y todos los sufragios que las limosnas permitiesen, así como una misa solemne por las ánimas el primer lunes de cada mes y un aniversario en noviembre con vigilia y misa cantada29. Pocas décadas después tenía capital suficiente como para prestar a María de la Barrera 1.100 reales, a cambio de un tributo a anual de 55 reales30. En el archivo conventual se conserva el libro de hermanos de 1746 a 1867 y otro de cuentas de 1786 a 183631.

          Hasta aquí este pequeño artículo sobre estas singulares hermandades que aunque actualmente pertenecen al pasado, formaron parte de la vida, de la mentalidad y de la idiosincrasia de los carmonenses de ayer.

 

APÉNDICE

 

Documentos sobre las hermandades de ánimas carmonenses en el archivo de protocolos de Carmona.

 

AÑO

RESIDENCIA CANÓNICA

DOCUMENTO

4-2-1565

Santa María

Carta de poder de Juan Rodríguez Pinto, Alonso Hernández Ortiz, Francisco Pérez espartero, Juan de Veas, Bartolomé Pacheco, Miguel López, zapatero, Cristóbal Vázquez, calcetero, Bartolomé de Úbeda, zapatero, Andrés de Vega, Gonzalo Barranco, Rodrigo Pérez, Francisco Moreno, Cristóbal Gutiérrez, Cristóbal Navarro, tejedor, Pero Martínez Cadenas, sastre, vecinos de Carmona y hermanos de la cofradía de las Ánimas del Purgatorio que ordenamos e instituimos nuevamente en Santa María y dan poder a Alonso Guillen, clérigo presbítero, vecino de Carmona, para que suplique y pida al provisor del arzobispado la aprobación de los capítulos y constituciones que lleva para que los guardemos los hermanos.

(APC Alonso de Marchena 1565, fols. 53r-54r)

17-11-1573

Santa María

Beatriz de Monroy, vecina de Carmona, en la collación de Santa María, deja un real a la cera de las Benditas Ánimas de la iglesia de Santa María. .

(APC Juan Rodríguez 1573, fols 204v-206r)

 

1594

San Felipe

Testamento de María Sánchez del Corral, viuda de Juan Gutiérrez de Marchena, 1594. Es hermana de las cofradías del Santísimo y de Ánimas de San Felipe. Dos reales a cada una

(APC, Juan de Medina 1594)

1603

San Pedro

Pedro Sánchez, prioste de la cofradía de las Ánimas de San Pedro arrienda unas casas propias de la hermandad, abajo del Postigo, en la calle que dicen de Maqueda”, por un año a contar desde el día de San Juan, por un precio de 14 ducados anuales, a Alejos Gavira.

(APC, Alonso Sánchez de la Cruz 1603, fols. 310v-311v).

22-7-1604

San Pedro

Bernardo de Celada, curtidor, vecino de esta villa de Carmona en la collación de S Pedro, por la devoción que le tiene a las ánimas del Purgatorio dona como limosna a la hermandad, para que recen por su alma unas casas que tienen cuerpo bajo y otro alto en la collación de San Pedro, calle de Sevilla que lindan hacia la parte de abajo con la plaza y otras casas grandes mías y por arriba con casas de María Gómez de viuda de Francisco González, espartero, libres de censo. Anula un testamento anterior en el que dejó a la hermandad un cortinal.

(APC A Sánchez de la Cruz 1604, fols. 520v-524r)

27-8-1633

Santa María

Testamento del licenciado Francisco Gutiérrez de la Vega, capellán de la capellanía que fundó en la iglesia de Santiago de Carmona Martín López de la Cueva. Declara ser hermano de las cofradías del Santísimo Sacramento y Ánimas del Purgatorio, sitas en Santa María de esta ciudad, por lo que pide y ruego a los priostes y hermanos mayores que le acompañen con su cera el día de mi entierro y le digan los sufragios que acostumbran cuando fallecen los hermanos.

(APC, Alonso Escamilla 1633)

 

17-4-1636

San Pedro

Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Pedro, del 25 de abril de 1636. Se reunieron Alonso de Ojeda, prioste, Miguel Rodríguez, Alonso Martín de Nava, Diego López Moreno, Francisco de la Barrera, Bartolomé Naranjo, Alonso de la Cruz de Arjona, Antonio Cansino, Bernabé Gutiérrez, Domingo Pérez, Juan Sánchez Garabito, Blas Ruiz, Luis Romero, vecinos de Carmona y otorgaron poder al prioste para que redima el censo de 440 reales de principal y 22 reales de renta que contrajo Juan López, difunto, sobre sus casas en la calle de los Mármoles. La citada casa fue vendida a Marcos García y éste lo quería redimir. Unos días después dieron poder para formalizar la redención del censo.

APC, Gregorio Alanís 1636 fols. 518vr-520v)

 

17-4-1636

Santiago

Bárbola Castellanos, viuda de Bartolomé Romero, vecina de Carmona en la collación de Santiago, recibió 440 reales a cambio de formalizar un censo sobre sus casas de morada a favor de la hermandad de Ánimas de Santiago, comprometiéndose al pago de 22 reales anuales,

APC, Gregorio Alanís 1636 fols. 521r-524v)

 

30-1-1655

San Bartolomé

Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Bartolomé, con la presencia de los siguientes hermanos: Juan Guerra, Bonifacio Rodríguez, Francisco Gil, Antón de Escamilla, Juan Valenciano, Juan de Hoyos, Juan Bautista, Alonso Bravo, Juan Alberto, Diego Caballero, Juan de Baeza, Bartolomé Valenzuela, Bartolomé Sánchez, Antonio del Hierro, Francisco Andrés y José de la Barrera. Prioste saliente Cristóbal de León; nombraron por nuevo prioste, por un año, a Juan de Hoyos, maestro espartero vecino de esta ciudad. Y por alcaldes a Alonso Bravo, Juan Bautista y Francisco Andrés y José de la Barrera. Y por contadores: Juan Guerra y a Juan Alberto. .

(APC Miguel de Bugar 1655, fols. 186r-186v).

7-9-1674

Santa Clara

María de la Barrera, viuda de Juan de Campos, y su hijo Juan de Campos, vecinos de Carmona, en la calle de los Chamorros, collación de San Pedro, otorgan que venden 55 reales de renta anual y tributo en moneda de vellón, a pagar por tercios de cada año a la cofradía de las Animas de la iglesia de Santa Clara de Carmona y a doña Marina Adalid, monja profesa en su nombre. A cambio recibió 1.100 reales de vellón. Sitúan la renta en sus casas de la calle Chamorro en unas viñas y en un olivar.

(APC Miguel de Vergara 1674, fols. 423r-424v)

1675

El Salvador

Cabildo en el que salió electo por nuevo prioste Francisco Canelo, que aceptó el cargo.

(APC, Miguel de Vergara 1675, fols. 574r-574v)

30-11-1679

San Felipe

Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Felipe, con la presencia de los siguientes hermanos: Manuel López de Meneses, prioste, licenciado Fernando García, licenciado Luis Barrasa, presbíteros, don Francisco Adalid Barba, Diego de Morales, Diego de Cárdenas, Francisco Sánchez, Pedro García, Antonio de Matos, Francisco Rodríguez, Domingo Alonso, Pedro de Acosta, Francisco Mallen y Francisco Paredes. El prioste dijo que no podía continuar en el cargo por sus muchas ocupaciones y nombraron por unanimidad a Diego Rodríguez.

(A.P.C, Pedro Ignacio Vidal? 1679, fols. 750r-750vb)

1-7-1685

San Blas

Cabildo de la cofradía de las Benditas Ánimas de San Blas, con asistencia de los siguientes hermanos: el licenciado Agustín de Biedma y Osorio, beneficiado, el licenciado Lorenzo de Villarreal, el licenciado Juan de Carmona Hidalgo, el licenciado Juan Antonio de Cabrera, vice- beneficiado, el licenciado Gonzalo de Torres, cura de ella, Pedro Bernal, Andrés González, Francisco Pacheco, clérigo de menores, Juan Bernal, Juan Antonio Tomé de Palma y Juan Rodríguez Castellanos. Manifestaron que no tenían prioste, por muerte de Francisco de la Barrera Montes de Oca, nombraron por unanimidad por nuevo prioste a Teodomiro Ignacio Pacheco.

(A.P.C. Escribanía de Juan Antonio Benítez 1685, fols. 314r-314v).

2-VIII-1685

El Salvador

Testamento de Juana de la Cruz, vecina de Carmona a la calle Sancho Ibáñez, collación de El Salvador. Declara que se entierra en la bóveda de la fábrica de El Salvador de donde es parroquiana. Manifiesta ser hermana de las hermandades de las Benditas Ánimas del Purgatorio y del Santísimo Sacramento, ambas de la iglesia de El Salvador. Que los hermanos mayores le diesen los sufragios que correspondan y acompañen su cuerpo con la cera con la que se acompaña a otros hermanos. Carmona, 2-VIII-1685

(APC, Juan Antonio Benítez 1685, fols 322r-324v).

26-8-1686

San Blas

Cabildo de la hermandad de Animas de San Blas, en presencia de los siguientes hermanos: Juan de Carmona, presbítero vice-beneficiado de San Blas, Juan Rodríguez Castellano, Francisco de Palma, Diego de Olivares, Andrés de Barrios, Juan García, Alonso Cordero, Sebastián Barroso, Francisco Rodríguez y Pedro Bernal, sacristán mayor de San Blas. Designaron prioste a este último porque estaba vacante la plaza.

(APC Juan Antonio Benítez 1686, fols 943r-943v).

25-5-1687

San Pedro

Cabildo de la hermandad de Animas de San Pedro, en presencia de los siguientes hermanos: Miguel de Montoya, prioste, Mateo de Herrera, Antonio Caballero de Liñán, Juan Manuel Martínez, Gaspar de la Barrera, Juan de Santiago, Francisco Duarte, Andrés de Lebrija, Fernando Martín, Antonio de Bares, Ignacio Pérez, Francisco del Raso, Francisco Antonio Pavón, Francisco de Fuentes, Miguel Muñoz y Alonso Núñez parrilla. El prioste dijo que bien sabían los presentes como la cofradía tenía un tributo de 100 ducados de principal de que pagaban réditos Pedro Ruiz y su mujer, difuntos, impuestos sobre unas casas que tenían en la calle de Vidal, linde con casas de la capellanía de Juan Adame, que la mitad eran suyas y la otra mitad de una su hermana y cuñada. Y sobre ellos estaban otros dos tributos de 100 ducados, por lo que los hijos menores de Pedro Ruiz no podían afrontar el pago del tributo y que la justicia pretendía obligar a pagar a los menores, subastando sus medias casas. Y se valoraron por alarifes en 5.000 reales, por estar recién labradas y que el prioste quería coger las dichas casas en el aprecio hecho por los alarifes, lo cual fue ratificado por los hermanos presentes.

(APC, Alonso Núñez parrilla 1687, fols. 201r-202v).

17-12-1694

San Bartolomé

Se reunieron de una parte Gonzalo Caraballo, jurado y prioste de la cofradía de Ánimas y, de la otra Andrés Pérez, y acordaron que este último arrendaba una casa que la citada hermandad poseía en la calle del Horno Palomino, collación de S Bartolomé, que lindan con casas de Teodomiro de la Concha y con otras de los herederos de Lucas Roales. El contrato entraría en vigor a partir del día de San Juan Bautista de 1695, por un precio de 11 ducados anuales, pagados en tres tercios.

(APC Diego González de la Concha 1694, fols. 979r-979v).

22-1-1696

San Pedro

Cabildo de la cofradía de Ánimas de San Pedro, con presencia de los hermanos: don Luis de la Barrera, presbítero beneficiado de la dicha iglesia, don Juan de Úbeda Navarro, presbítero beneficiado de ella, don Fabián de Luna, presbítero cura de dicha iglesia, don Juan de la Barrera, familiar del Santo Oficio, Juan Navarro, Diego Guillén, Antonio González, José de Luna, Miguel de Montoya, Juan del Trigo, Antonio de Aguilera, Miguel Muñoz, Francisco de la Barrera, sacristán, y Francisco Yánez, prioste de dicha cofradía. El dicho prioste comunicó a los hermanos que bien sabían que la cofradía tenía unas casas en Carmona, al barrio del Cerrillo, que se las dejó María Caballero sobre la cual estaba situado un tributo de cien ducados de que se pagan réditos al convento de Santa Clara y una memoria de veinte reales al convento de San Francisco de esta ciudad. Que dado que la citada casa está casi arruinada no da para pagar el citado tributo. Por lo que acordaron renunciar la casa en los dueños de dicho tributo y memoria por lo que le dieron poder al prioste para que otorgase las escrituras pertinentes.

(A.P.C., Escribanía de José Ruiz Bravo, 1696).

8-9-1698

San Bartolomé

Antonio de Luna, vecino de Carmona, prioste de la cofradía de las s Ánimas de la iglesia de San Bartolomé arrienda unas casas de la cofradía, en la calle del Horno Palomino, a María Rodríguez, viuda de Diego Hernández, y a su hijo, Diego Hernández, por un precio anual de tres ducados y medio.

(APC, Roque Jacinto de Santiago 1698, fols 758r-758v).

2-2-1719

San Pedro

Cabildo de la cofradía de Ánimas de San Pedro, con presencia de los siguientes hermanos: Juan Laso Mancera, vice-beneficiado de la dicha iglesia, Felipe de Santiago y Luna, vice-beneficiado, don Juan de Espinosa, Diego Perea de Miralles, ambos presbíteros, José de Perea Hermano mayor, Francisco de la Barrera, Francisco Muñoz, Juan Gutiérrez Caraballo, Juan Canelo, Esteban de Rivas, Jacinto de Rivas, Francisco López, Luis Escribano, Pedro Gil, Francisco Sánchez, Juan López, Sebastián Rodríguez, José Rodríguez, José Navarro, Joaquín Martín del Álamo y otros no especificados. El hermano mayor propuso a Francisco Sánchez y la hermandad a Joaquín Martín del Álamo y a José de Perea. Por votos secretos sacó más votos José de Perea por lo que quedó reelegido.

(APC, Francisco González Flores 1719, fols. 25r-25v).

1-10-1719

San Pedro

Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Pedro, en el que el prioste José de Perea manifestó a los miembros de la hermandad que Manuel Álvarez dejó en su testamento 50 ducados de tributo. Leyó la cláusula del testamento y todos lo aceptaron.

(APC, Francisco González Flores 1719, fols. 211r-211v).

2-2-1720

San Pedro

Cabildo de la hermandad de las Ánimas de San Pedro, en el que José de Perea, prioste, manifestó que llevaba tres años de hermano mayor y que no podía seguir por sus muchas ocupaciones. El citado prioste propuso dos candidatos, Juan de Sosa y José Navarro, saliendo elegido por mayoría el primero.

(APC Francisco González Flores 1720, fols. 293r-293v).

2-2-1721

San Pedro

Cabildo de la hermandad de Animas de San Pedro, con la presencia de los siguientes hermanos: Juan Caro Mancera, beneficiado, Juan de Sosa, prioste, Francisco de la Barrera, Juan González, Francisco Rodríguez, Antonio Franco, Juan Gutiérrez Caraballo, José Sánchez, José Perea, Miguel Jerónimo, Juan esteva, Diego Alcaide, Alonso Bravo, Francisco Berrocal; Juan Rodríguez, Diego López Cillán, Sebastián Martín; José Rodríguez, ¿? Pacheco, Cristóbal Saucedo, Ignacio Vidal, Francisco Hidalgo, Manuel Rivero y Sebastián Ojeda. Resultó reelegido como prioste Juan de Sosa.

(APC, Francisco González Flores 1721, fols. 572r-572v).

6-3-1725

San Pedro

Cabildo de la cofradía de Ánimas de San Pedro para nombrar prioste. Salió electo Antonio Domínguez, vecino de Carmona, y éste nombro por alcaldes a Juan Rodríguez, José Gutiérrez, José de Marchena, Sebastián Martín, Luis Escribano, Juan de Olivares, Juan de la Cuesta y por contadores a don Manuel del Raso y don Fernando Canelo presbíteros, curas de san Pedro

(APC Alonso Núñez Parrilla 1725, fols. 112r-112v).

18-7-1731

Santa Clara

La cofradía de las Benditas Ánimas del convento de Santa Clara de Carmona compró un olivar de dos aranzadas y veinte pies, en el sitio de Matallana, a Catalina Villegas y Solís, viuda de Gerónimo Cansino de la Barrera, por un precio de 210 ducados.

29-8-1747

San Pedro

Comparecieron, de una parte, Manuel Antonio Raso, presbítero más antiguo de la iglesia de San Pedro y hermano mayor de la hermandad de Ánimas del mismo templo y, de la otra, Andrés Martín Labrador, vecino de Carmona, en la calle de la Tinajería, collación de San Pedro. Este último dijo que José cansino, natural de Carmona y vecino de Alcalá de Guadaira había heredado unas casas de María y Catalina Cansino, hermanas de Juana Cansino, su madre. Y por renuncia de éste y del hermano Francisco de la Barrera, ermitaño en las cuevas del Alcor de Santa Lucía, cerca y extramuros de Carmona, por renunciación de ellos, el heredero era él (Andrés Martín). La casa estaba en la calle de los Carpinteros, en dicha collación de san Pedro, linde con casas de Francisco Ronco y otras de Juan Plata, ambos vecinos de Carmona. Y reconocía un tributo sobre la casa a favor de la cofradía de Ánimas de 113 ducados de principal de que se pagaban 1.203 reales y medio de vellón.

(APC Alonso Núñez Parrilla 1747, fols. 598r-601v).

12-3-1755

San Felipe

José Pérez, prioste de la cofradía de las Benditas Animas de San Felipe arrienda media casa a Julián José y a Bernabé Ramírez, vecinos de Carmona. La citada casa está en el Berrocal y formaba parte de una capellanía que recibió la cofradía. La otra mitad de la casa es de Francisco de Montoya. Se arrienda por tres años que terminan el día de San Juan Bautista de 1758. Se arriendan por 20 ducados anuales, abonados por tercios.

(A.P.C. Agustín López Cebreros 1755, fols. 144r-144v).

2-2-1757

San Bartolomé

Cabildo de la hermandad de Ánimas, siendo presentes los siguientes hermanos: Martín Nieto, Pedro Vázquez, Juan Franco, presbíteros y vice-beneficiados de dicha iglesia, Santiago Freire, asimismo presbítero, don José Marín, Alonso Enríquez; Alonso Pérez, Manuel de Santiago, Manuel Reyes, Manuel de León, José Álvarez, Domingo de Luna, Vicente Rodríguez y Francisco López. Nombraron por nuevo prioste por un año a José Álvarez que aceptó. Nombraron para pedir la limosna mensual en marzo al prioste; en abril a Manuel de los Reyes; en mayo a Alonso Enrique; en junio a Alonso Pérez; en julio a Francisco López; en agosto a Vicente Rodríguez; en septiembre a Domingo de Luna; en octubre a Francisco Morales; en noviembre a Manuel de los Reyes y en diciembre a José de León

(APC Agustín López Cebreros 1757, fols. 81r-81v).

21-7-1757

El Salvador

Miguel de Gálvez, como prioste de la cofradía de Ánimas, alquila unas casas propiedad de la hermandad a Francisco Alcaide. La misma se ubicaba en la calle del Real y se arrendaba por tres años al precio de 36 ducados anuales.

(APC, Escribanía de Agustín López Cebreros 1757, fols. 423r-423v).

18-9-1757

San Bartolomé

Cabildo de la cofradía de las Ánimas de San Bartolomé, en presencia de los siguientes hermanos: Martín Nieto y Auñón, presbítero, Pedro Vázquez, don Francisco Roales y Juan Franco, presbíteros, don José de los Reyes y don José de Huerta, clérigos de menores, don José Marín sacristán mayor de dicha parroquia, José Álvarez, hermano mayor de dicha cofradía, Juan González Tello, don Manuel de los Reyes, Manuel de León, Francisco González, Luis de Reina, Vicente Rodríguez y Alonso Enríquez, sacristán menor de la nominada parroquia. Dijeron que la dicha cofradía tenía, en la Barbacana, una casa que estaba casi arruinada, hecha solar, y que no tenían medios para repararla. Y que Francisco Duarte, vecino de Carmona, la quería tomar a tributo, comprometiéndose a repararla. Se acordó que el hermano mayor pidiese la licencia oportuna al provisor para hacer la operación.

(APC, Agustín López Cebreros 1757, fols. 543-543v).

13-12-1769

El Salvador

Lorenzo Rodríguez, clérigo de menores de Carmona, como principal, arrendó a la hermandad de Ánimas de El salvador y a su hermano mayor, Cristóbal de Ojeda, unas casas de morada que la hermandad tenía a las espaldas de la cárcel, collación de El Salvador. La arrienda por tres años que se inician el día de San Juan Bautista de 1770, por tres años, a razón de 30 ducados anules, pagados por tercios.

(APC Manuel de la Rúa 1769, fols 250r-250v).

5-12-1772

San Bartolomé

En el cabildo de la hermandad de Ánimas se eligió como hermano mayor a Miguel González de Olivera, presbítero. El hermano mayor saliente era Juan González Serrano.

(APC Manuel de la Rúa y Morillo 1572, fols. 248r-248v).

 

20-12-1772

Santiago

Cabildo de la hermandad de Ánimas en el que se reeligió por un año más como hermano mayor a Ignacio de Araos, presbítero.

(APC Manuel de la Rúa Morillo 1772, fols. 252r-253v).

9-4-1774

San Bartolomé

Cabildo de la hermandad de Ánimas en el que Juan González, presbítero y hermano mayor de la citada cofradía, reconoció que el 11 de diciembre de 1757 se dio un tributo redimible a Francisco Duarte y su esposa situado sobre unas casas ubicada en la Barbacana baja. Dado que se había perdido el documento original del tributo, ahora se ratificaba.

(APC Agustín López Cebreros 1774).

1776

Santiago

Se reunió el cabildo de la hermandad de Ánimas, compareciendo en la sacristía de la iglesia los siguientes hermanos: Felipe Antonio Canelo, presbítero cura de la iglesia, Isidoro Díaz de Ojeda, Pedro Cansino y Osorno, Ignacio de Araos, los tres presbíteros beneficiados de la iglesia, Bartolomé Rodríguez, clérigo diácono, Francisco de Rueda y Vilches, Francisco Díaz de Ojeda, Joaquín Tinoco, Gaspar Peña, Eusebio Álvarez, José de Costa, Francisco Peña, José López, Salvador Rodríguez, Juan López, Vicente Fernández, Juan de Silva Manuel Talavera y Cristóbal Álvarez Gallego, vecinos de Carmona. El hermano mayor, Ignacio Araos, dijo que Alonso Espinosa, en su testamento del 17 de septiembre de 1768 dejó una casa en la calle de Calatrava, collación de Santiago a sus cuatro sobrinas: Rosalía, Juliana, María Andrea y Josefa Espinosa en usufructo y una vez fallecidas, pasase dicha propiedad a la hermandad. Se valoró en 10.156 reales, pues incluía bodega, cuatro tinajas, su lagar, viga y pilón que las sobrinas querían dar a la hermandad a cambio de los pertrechos de la bodega. Deciden que se consulte con abogados.

(APC Manuel de la Rúa 1776, fols. 8r-9v).

5-12-1781

San Pedro

Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Pedro, compareció

Bernardo de Roa, vecino de Carmona, y dijo que a consecuencia de sentencia de remate pronunciada por el corregidor se colige demanda de la citada cofradía de Ánimas contra Bartolomé Barrera, vecino de Carmona, sobre cobranza de 821 reales y 11 maravedís de renta de unas casas.

(A.P.C. Diego de Piedrabuena 1781).

10-3-1782

Santiago

Poder de la cofradía de Animas de Santiago a su prioste, mediante su prioste, don Ignacio de Araos y Cabrera, presbítero de la iglesia de Santiago, a Antonio Castellano y Pedro Ortega, procuradores de número de esta ciudad, y a José Adrián Leal y a Patricio de Puertas, procuradores de la audiencia de Sevilla, y a Antonio Castroviejo que lo es de la chancillería de Granada.

(AP.C. Agustín López Cebreros 1782, fols. 38r-38v).

19-5-1782

San Pedro

Cabildo de Animas, en el que Antonio Caballero, hermano mayor, pidió que se nombrasen dos alcaldes que hacían falta y aceptó la hermandad nombrando como tales a Alonso de la Barrera y a Juan Felipe Caballero. Asimismo, propuso crear otra hermandad en los mismos términos que la de los hombres pero de mujeres, sin que tengan que pagar nada más. Los hermanos aceptaron su erección por unanimidad.

(APC, Diego de Piedrabuena 1782, fols 93r-95v).

19-7-1787

San Pedro

Se reúnen los hermanos de la cofradía de Ánimas y encargan a Juan Correa Gallego el cobro de 200 reales que quedó debiendo a la corporación Juan de Santiago, carpintero finado, sobre una casa en la calle de los Montánchez, y una viña a la Ladrillera. Que paguen sus hijos Juan, Alonso y María de Santiago.

(APC Alonso Núñez Parrilla 1787, fols 297r-297v).

8-12-1787

Santiago

Comparecieron los siguientes hermanos: Ignacio de Araos, presbítero y actual hermano mayor, don Pedro Cansino, presbítero; Mateo del Pino, presbítero; don Francisco de Rueda Vilches, clérigo de menores, Marcos Cansino, Antonio Santaella, Manuel Díaz, Juan Gómez, Juan Rodríguez Peña, Manuel Talavera, Antonio Álvarez, Fernando Pérez, José Navarro, Francisco Sánchez y Juan Peña. El hermano mayor comunicó que no podía continuar por sus muchas ocupaciones y resultó electo, por un año, Mateo del Pino quien aceptó. Por contadores se eligió a Ignacio de Araos, presbítero y a Fernando Pérez porque se desistieron Francisco de Rueda y Pedro Cansino.

(APC Manuel Rodríguez 1787, fols. 249r-251r).

18-9-1790

El Salvador

Cristóbal de Ojeda, hermano mayor de la hermandad de Ánimas, arrienda unas casas propiedad de la corporación, en la calle de Sancho Ibáñez, a Manuel y Juan Pérez, por tres años que empezarían a contar desde el 24 de junio del año siguiente, por un precio anual de 28 ducados .

(APC Francisco de Paula Mesa 1790, s/fol.).

 

 

1 MORENO VALERO, M.: “Costumbres acerca de los difuntos en Los Pedroches (Córdoba)”, Gaceta de Antropología Nº 11. Córdoba, 1995, pág. 12.

2 FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel: Luces y sombras de la España Imperial. Madrid, Espasa Calpe, 2004, Pág. 29.

3 Sobre la cuestión puede verse el interesante artículo de CILLÁN CILLÁN, Francisco: “La creencia en el más allá, parte I”, Ars et Sapientia Nº28. Cáceres, 2009, Pág. 99.

4 Sobre el particular véase la clásica obra de LE GOFF, Jacques: El nacimiento del Purgatorio. Madrid, Taurus, 1981.

5 La Biblia no hablaba explícitamente del purgatorio, aunque en algunas afirmaciones se insinúa su existencia. Fue a partir del siglo XVI cuando se generalizó su existencia en la ortodoxia cristiana. RODRÍGUEZ, José Luis: “Las cofradías de Ánimas en Extremadura”, Ars et Sapientia Nº 27. Cáceres, 2008, Págs. 168-169.

6 ROMERO MENSAQUE, Carlos José: “Una cofradía singular de frailes y monjas. La hermandad de Jesús Nazareno y conmiseración de las Ánimas Benditas de Sevilla”, Archivo Dominicano Nº 32. Salamanca, 2011, p. 166.

7 ROMERO MENSAQUE: Ob. Cit., p. 165.

8 Los ingresos proceden de lo que pagaron en función del situado de 1717. Véase mi artículo: “Las cofradías de Carmona y Guadajoz a través del situado de 1717”, Boletín del Consejo de Hermandades y Cofradías de Carmona, Carmona, 2013, pp. 31-38. Los priostes, en cambio, son los que tenían dichas hermandades en un listado de 1798. GARCÍA RODRÍGUEZ, Antonio y José GONZÁLEZ ISIDORO: Las imágenes titulares de la cofradía carmonense de la Humildad y Paciencia. Carmona, 1983, págs. 38-39. La hermandad de ánimas de Santa Clara no figura en el listado de 1798 pero nos consta su existencia por otros documentos. Tributo redimible de 200 ducados de juro para Manuel López Mayoral, quien los recibe de la cofradía de las Benditas Ánimas del convento de Santa Clara. Carmona 1-II-11718. A.P.C. Roque Jacinto de Santiago 1718).

9 Al respecto pueden verse mis trabajos: Hermandades y cofradías en el partido de Badajoz. Badajoz, Junta de Extremadura, 2002 y “Hermandades y cofradías en la provincia de Córdoba a través del censo de 1773”, Ariadna Nº 17. Palma del Río, 2004, págs. 245-272.

10 De este retablo, desaparecido, conocemos el contrato del dorado con el maestro Fernando de Luque, el 24 de junio de 1632. Pero en él se alude a que sea el escultor Martín de Andújar quien eligiese al artista encargado de pintar las tablas del retablo. Ello parece indicar que él fue el escultor, aunque no se especifica el nombre del pintor. También se describe una parte del programa iconográfico: el Juicio Final en la tabla principal, el Arcángel San Miguel y el Ángel de la Guarda en otras dos de las seis tablas secundarias, y en tableros más pequeños los cinco profetas y en la parte superior la Santísima Trinidad y el Espíritu Santo. Véase mi libro: Carmona en la Edad Moderna. Sevilla, Muñoz Moya, 1999, pp. 204-205.

11 La cofradía en cuestión ha sido estudiada por el ya citado ROMERO MENSAQUE: Ob. Cit., pp. 156-179.

12 Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Pedro, Carmona, 19 de mayo de 1782. APC, Escribanía de Diego de Piedrabuena 1782, fols. 93r-95v.

13 El 4 de febrero de 1565 se reunieron en cabildo ante escribano público para dar poder a Alonso Guillén, presbítero, para que solicitase la aprobación del libro de reglas que tenían confeccionado, ante el provisor del arzobispado. A.P.C. Escribanía de Alonso de Marchena 1565, fols. 53r-54r.

14 LERÍA, Antonio: Cofradías de Carmona. De los orígenes a la Ilustración. Carmona, S&C Ediciones, 1998, pp. 35 y 111-112. Por cierto que El Curioso Carmonense alude a su fundación en 1594 lo que bien fue un error, o bien equivocó la fundación con alguna refundación o con la aprobación de unas nuevas reglas. El Curioso Carmonense (Ed. de Antonio Lería). Carmona, S&C ediciones, 1997, p. 107.

15 En los documentos del Archivo de Protocolos salen a relucir algunas propiedades de manera esporádica. Aunque no sea un estudio riguroso de sus finanzas nos pueden servir para poner algunos ejemplos de ese patrimonio: en 1603 poseían una casa abajo del Postigo que arrendaban. En 1696 eran propietarios de otra morada en el Cerrillo, que cedieron porque estaba arruinada y no ganaban para pagar el tributo que recaía sobre ella. También disponían de censos a su favor: en 1636 cobraron uno de 440 reales de principal que fue redimido. En 1719 Manuel Álvarez les dejó un tributo de 50 ducados en una manda testamentaria que los hermanos se apresuraron a aceptar. En 1747 la hermandad poseía un tributo de 113 ducados de principal por el que cobraba 1.203,5 reales anuales , sobre una casa situada en la calle Carpinteros.

16 El documento se conserva en el Archivo parroquial de San Bartolomé. Cit. en LERÍA: Ob. Cit., p. 121.

17 Cabildos del 1 de julio de 1685 y del 26 de agosto de 1686. APC, Escribanía de Juan Antonio Benítez 1685, fols. 314r-314v y el mismo escribano, año 1686, fols. 943r-943v.

18 LERÍA: Ob. Cit., pp. 123-136.

19 APC, Diego González de la Concha 1694, fols. 979r-979v.APC, Roque Jacinto de Santiago 1698, fols. 758r-758v. APC Agustín López Cebreros 1757, fols. 543r-543v y APC, Agustín López Cebreros 1774.

20 Testamento de Juan Barba, Carmona, 30 de mayo de 1571. APC, Gómez de Hoyos 1571. Trece años después María Sánchez del Corral le dejó en su testamento otros dos reales. Testamento de María Sánchez del Corral, viuda de Juan Gutiérrez de Marchena, 1594. A.P.C. Escribanía de Juan de Medina 1594.

21 Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Felipe, 30-XI-1679. APC, Pedro Ignacio Vidal 1679, fols. 750r-750v.

22 Cabildo de la hermandad de Ánimas de San Felipe, 12-III-1755. APC, Agustín López Cebreros 1755, fols. 144r-144v.

23 APC, Manuel de la Rúa 1769, fols. 250r-250v. APC, Francisco de Paula Mesa 1790, s/fol.

24 Miguel de Gálvez, como prioste de la cofradía de las Ánimas del Purgatorio de la iglesia parroquial de El Salvador, alquila unas casas propiedad de la hermandad a Francisco Alcaide. La misma se ubicaba en la calle del Real y se arrendaba por tres años al precio de 36 ducados anuales. Carmona, 21 de julio de 1757. APC, Escribanía de Agustín López Cebreros 1757, fols. 423r-423v.

25 APC, Manuel de la Rúa Morillo 1772, fols. 252r-253v. APC, Agustín López Cebreros 1782, fols. 38r-38v. APC, Manuel Rodríguez 1787, fols. 249r-251r.

26 APC, Gregorio Alanís 1636, fols. 521r-524v.

27 La casa se valoró en 10.156 reales y tenía en la parte trasera una bodega con todos sus pertrechos. En 1776 las sobrinas pactaron con la hermandad que ellas se quedarían con la bodega y a cambio cederían la casa a la hermandad. La hermandad decidió consultarlo con juristas por lo que desconocemos si se llegó a formalizar este acuerdo. APC, Manuel de la Rúa 1776, fols. 8r-9v.

28 LERÍA: Ob. Cit., p. 37.

29 Ibídem.

30 Formalización de tributo, 7 de septiembre de 1674. APC, Escribanía de Miguel de Vergara 1674, fols. 423r-424v.

31 Ibídem, pp. 131 y 137.

 

ESTEBAN MIRA CABALLOS

 (Artículo publicado en el Boletín de Cofradías de Carmona. Carmona, Consejo de Hermandades, 2014, pp. 30-37).

 

1 comentario

Francisco Domingo -

Un trabajo muy documentado. ¡Enhorabuena! por estos aportes a la historia de tu pueblo.